Hay noches en las que te cansas mucho en la cama y te acuestas con la esperanza de finalmente tener un buen sueño reparador. Sin embargo, a pesar de haber dormido toda la noche, te despiertas exhausto, de mal humor y con un dolor de espalda persistente que parece aliviarse en cuanto pones los pies en el suelo. No hay duda de que estás durmiendo en el colchón equivocado o en un colchón desgastado y demasiado viejo que genera alteraciones en el ritmo de sueño-vigilia, dolor en las articulaciones y rigidez muscular.
Un colchón que te ayude a dormir y te ayude a recuperar las energías gastadas durante el día, ante todo debe ser de buena calidad , adecuado a tu complexión, no debe dificultar la circulación y debe garantizar una buena transpiración durante toda la noche.
Antes de decidir qué colchón elegir, es importante subrayar que dormir en el colchón adecuado cambia significativamente la calidad del sueño y por tanto de vida . Desconfía de los colchones low cost a precio de saldo y quizás comprados online sin haberlos probado y, sobre todo, no te decantes por un colchón en concreto solo porque el vecino tiene uno con el que se siente cómodo. El mismo colchón no es apto para todo el mundo.
Antes de decidir qué colchón te acompañará buena parte de tu vida, debes tener en cuenta algunos factores fundamentales.
- Calidad
- Materiales usados
- Rigidez
- Transpiración
La inversión a realizar es importante, teniendo en cuenta que el colchón que elijas deberá acompañarte al menos durante 8/10 años. Después de este período de tiempo, es muy desaconsejable no reemplazarlo, ya que no son solo los problemas relacionados con el desgaste del colchón los que hacen que el producto sea poco ergonómico. De hecho, cada ser humano produce alrededor de 100 litros de sudor cada año y una buena cantidad termina en la cama, junto con partículas orgánicas e inorgánicas, creando el hábitat natural de ácaros, mohos y gérmenes de diversa índole, que se filtran en la tela del colchón y que a la larga provocan daños a la salud como problemas respiratorios, problemas de piel y alergias. Además, nuestro cuerpo cambia con el tiempo y es muy probable que un colchón comprado hoy ya no sea adecuado para nuestras necesidades dentro de diez años.
Cómo reconocer un colchón de calidad
El primer factor a tener en cuenta es la funda del colchón que debe ser obligatoriamente de algodón posiblemente orgánico y que garantice una buena transpiración para evitar reacciones alérgicas o sudoración excesiva. No olvides que una funda de colchón siempre está en estrecho contacto con nuestra piel, por lo que es importante desechar los productos con fundas de material sintético. Un colchón de calidad debe conservar sus características a largo plazo, sin deformarse ni perder la elasticidad adecuada.
Que colchón comprar
A la hora de elegir el nuevo colchón hay que tener en cuenta el peso y la altura del comprador. Lo primero que hay que hacer es probarlo tumbado en cómoda relajación sobre él durante al menos 10/15 minutos. El colchón adecuado debe darnos el máximo confort posible y debe permitirnos movernos sin molestar a quienes duermen a nuestro lado. El colchón ideal debe adaptarse a las curvas del cuerpo sin ningún tipo de presión y mantener la columna recta.
Los modelos de colchones del mercado
Atrás quedaron los tiempos en que se cosían colchones acolchados de lana, que se abrían sistemáticamente cada verano para lavarlos y dejarlos secar al sol antes de ser cosidos con gran esfuerzo por nuestras abuelas. Los colchones de nueva generación son ergonómicos, aseguran transpirabilidad y duran mucho tiempo.
Los modelos que hay actualmente en el mercado son:
1- Colchones de muelles .
Cada vez menos comunes, contienen resortes que permiten una mayor ventilación y también son adecuados para ambientes húmedos. Si bien aseguran una postura decente, no se adaptan al cuerpo y provocan presión en algunos puntos, a menudo creando problemas con la circulación y también con la calidad del sueño.
2 – Colchones de espuma (látex, espuma de agua, viscoelástica)
– Los colchones de látex natural o sintético son muy suaves y se adaptan a la forma del cuerpo. El látex es un material de alta transpirabilidad, fácil de limpiar pero con una textura muy delicada y con riesgo de rotura. No es adecuado para un ambiente húmedo porque crea formación de moho.
– Los colchones de espuma de agua o espuma de poliuretano fueron creados por la NASA para la comodidad de sus astronautas. Esto no quiere decir que sean aptas para todo el mundo, pero permiten una excelente transpiración, excelente distribución de la presión del cuerpo, ya que se adaptan perfectamente a su conformación sin importar el peso.
– Los colchones viscoelásticos , es decir con memoria de forma, son flexibles, se adaptan a la forma del cuerpo reduciendo la presión en puntos estratégicos. No son recomendables para quienes sufren de calor ya que producen calor.
También existen algunos modelos de camas de agua y colchones de aire , pero no los trataremos en este artículo.
mantenimiento de colchones
- Para que un colchón dure bien, es necesario darle la vuelta y rotarlo cabeza/pie regularmente. Una de las primeras precauciones a seguir es colocar el colchón del lado de verano o de invierno según la temporada. El relleno del lado de invierno suele ser de lana virgen, mientras que el de verano es de algodón o lino. Sin embargo, hoy en día existen en el mercado colchones que no tienen dos caras diferentes por temporada y se están probando algunos colchones termorreguladores para afrontar cualquier temperatura.
- Comprueba que la base o las lamas estén siempre en buen estado para una perfecta estanqueidad del propio colchón.
- Utilice siempre una funda de colchón y una funda para el somier o una funda de listones.
- Evita hacer la cama inmediatamente y dejar que se airee durante al menos una hora.
Dormir en un colchón adecuado aporta enormes beneficios para la salud psicofísica y el buen humor, independientemente del estilo de vida que llevemos. Recuerde siempre que una buena noche de sueño es la base principal para una buena calidad de vida.